Nuevas perspectivas didácticas para la construcción de una educación patrimonial con personas mayores
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El planteamiento de esta actividad parte de la conceptualización del patrimonio cultural, sus múltiples acepciones y las problemáticas que surgen a partir de la reflexión. Comenzamos con la definición que da Ortega Morales, quien entiende que el patrimonio es un instrumento de la identidad colectiva que subraya lo propio frente a lo ajeno, de un modo no necesariamente
excluyente, sino empático. Gran parte de lo que somos, continúa la autora, no es tanto la consecuencia de los grandes acontecimientos, sino de una historia menor, colectiva, de las actividades, los trabajos, las relaciones sociales o creencias de nuestra vida cotidiana y es todo ello lo que define nuestra herencia histórica y nuestra identidad colectiva presente (Ortega, 2001: 508). Cuando aquí consideramos el patrimonio, estamos hablando de la vertiente inmaterial, de los recuerdos, ideas y pensamientos generados a través de una serie de experiencias vividas por cada uno de nosotros. Se plantea un patrimonio utilizado como recurso, que toma valor e importancia cuando el individuo que aprende se lo otorga. Estamos dirigiendo la mirada hacia aquel que observa, hacia el sujeto patrimonial, no hacia el objeto, que es el que se apropia del mismo de forma simbólica y crea en él ciertos valores que le permiten transmitirlo a otras personas, creando
identidades colectivas, y formar parte de un grupo, integrarse en una colectividad, la cual va a tener ese patrimonio en común. De este modo estamos partiendo de diferentes variables: del patrimonio como recurso, del sujeto que le otorga esos valores, y de la educación como principal eje que articula ambas premisas, y que es punto de partida para ellas