Modificación del método enseñanza-aprendizaje en asignaturas técnicas
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La capacidad de adaptación ha de ser una constante en nuestras profesiones. Las
empresas solicitan competencias a nuestros ingenieros que van mas allá de los meros
conocimientos teóricos y prácticos, otorgando gran importancia a la capacidad de trabajar en equipo, de adquirir compromisos y asumir responsabilidades, de idear y emprender, así como a la sensibilización social y ecológica, a la capacidad de autoaprendizaje, todo ello sin olvidarnos
del conocimiento y manejo de las nuevas tendencias tecnológicas.
Los responsables académicos de la universidad han de dar respuesta a las exigencias específicas de la sociedad mediante principios de actuación innovadores. La universidad debe formar titulados que se incorporen en condiciones adecuadas al mundo del trabajo, es decir, la
formación ha de ser realista vinculada con el entorno social y laboral. Simultáneamente
pensamos que no se puede formar titulados únicamente con criterios de simple adecuación a la vida laboral; se ha de cuidar al mismo tiempo la formación básica e instrumental.
Por todo ello, los profesores de la asignatura ‘Tecnología de Materiales’, perteneciente al 4° curso de Ingeniería Industrial, de la Univers idad de Oviedo (España) hemos llevado a cabo durante el curso 2007-2008 una adaptación del proceso enseñanza-aprendizaje. Para ello hemos incorporado en la asignatura la realización de un proyecto en grupos que posteriormente habría de ser defendido ante los profesores y el resto de compañeros. Esta adaptación permite la adquisición de conocimientos específicos de la asignatura, y posibilita la
adquisición de habilidades generales que mejoran la actividad profesional (trabajo en equipo, exposición oral y escrita, argumentación, de capacidad de análisis y síntesis etc.). Pensamos que estas ideas han de primar en su actuación, y estar presentes en todos sus programas y planes futuros.
Finalizado el proyecto los alumnos cumplimentaron una encuesta de satisfacción así como otra de autoevaluación del trabajo realizado, pues creemos que la reflexión sobre un trabajo hecho ayuda a tomar conciencia sobre su realidad. Posteriormente estas encuestas fueron contrastadas con la valoración otorgada por los profesores, pretendiendo observar con ello hasta que punto los estudiantes reconocen sus destrezas o limitaciones y permitiéndoles al
mismo tiempo utilizar las opiniones externas como contraste de las percepciones subjetivas.
Ninguna usada en exclusividad de las otras es autosuficiente, sino que deben ser
complementarias.
Con todo esto, intentamos formar al alumno no sólo en competencias específicas
(conocimientos técnico-profesionales), sino en competencias instrumentales (destrezas
lingüísticas, capacidades metodológicas…) y competencias interpersonales (capacidad de
crítica, trabajo en equipo…), altamente demandadas en el mercado laboral